El caballo árabe es uno de los caballos de raza más antiguos del mundo. El árabe tiene sus raíces en la península arábiga. Los nómadas utilizaban este caballo musculoso para transportar sus pertenencias en el desierto. Su temperamento, su lealtad, su voluntad de rendimiento, su capacidad de aprendizaje y su resistencia son típicos de esta raza. Los caballos árabes de pura raza pueden practicar todas las disciplinas, pero son especialmente adecuados para la equitación de endurance. En este deporte se trata de la resistencia: los jinetes tienen que completar un recorrido en el menor tiempo posible (bajo supervisión veterinaria). Los árabes se encuentran entre las razas con mayor rendimiento del mundo en la equitación de resistencia.